La escuela como institución no está ajena a los cambios disruptivos que afrontamos socialmente. Desde sus orígenes el IUA se autodefine como un centro de Educación integral en donde el alumno es el centro de todo accionar pedagógico. Por esta razón es que surge la necesidad de crear un espacio de innovación donde se incuben, diseñen, implementen y evalúen nuevas formas de enseñar y de aprender.
En el Laboratorio de Innovación las tareas se dividen en Zonas de Aprendizaje que combinan la integración de las tecnologías con espacios destinados a desarrollar destrezas motrices, la creatividad, el análisis y la reflexión así como el estímulo para el trabajo cooperativo y colaborativo. Los alumnos rotan por cada una de las Zonas de Aprendizaje de acuerdo a consignas y criterios de evaluación claramente especificados mientras el docente recorre estos espacios atendiendo los distintos ritmos y permitiéndose trabajar en forma individualizada con cada uno de sus alumnos.
Los docentes trabajan colaborativamente en el diseño didáctico y entienden a la evaluación como la herramienta para corroborar el impacto de cada una de sus propuestas en los aprendizajes de los estudiantes.
A partir del análisis de cada una de las experiencias en el Laboratorio de Innovación, el IUA va configurando una metodología de trabajo que conjuga los aportes teóricos actuales con el bagaje histórico de una institución fundada en 1978 por la Maestra Mirna Palacios, quien formada en una época fermental de la pedagogía nacional, apuesta hoy a esta práctica transformadora y proyecta cambios en la dinámica escolar que sabrá expandir.
Trabajando en equipos, en base a proyectos, los alumnos fortalecen actitud y responsabilidad en la búsqueda del conocimiento.
Les confiamos una misión y les facilitamos herramientas, acompañamos su camino y celebramos sus logros paso a paso, estimulamos su capacidad de asombro, el deseo natural de comprender las maravillas de la naturaleza y la conciencia de su poder para la acción.